lunes, 18 de junio de 2007

EL VIEJO Y EL JOVEN


La juventud es un estado mental, y así existen ancianos jóvenes y jóvenes que ya son viejos. Para los primeros es preferible vivir intensamente la juventud que una larga y aburrida vida hacia la vejez.

Quien es joven disfruta el riesgo; su naturaleza es audaz y se atreve a todo con un solo objetivo: "triunfar". Quien ya es viejo todo lo calcula y vive en "la parálisis del análisis": el equilibrio lo ha confundido con cobardía y su máxima aspiración es vivir sin problemas.

El joven sueña con los ojos abiertos; el futuro es su universo y todos los días saluda al amanecer con una sonrisa de confianza.

El viejo, si no le duele algo, cree que ya murió; día a día arrastra su existencia esperando con ansias que vuelva a anochecer.

El joven todo lo anhela; sus deseos marcan sus aspiraciones; su naturaleza rebosa entusiasmo y sus ambiciones no tienen fronteras.

El viejo no espera nada del futuro, y su única aspiración es finalmente morir en paz, siendo su ambición máxima vivir sus últimos días con tranquilidad.

El joven tiene prisa por vivir, por lo que no deja pasar ninguna oportunidad. En su capacidad de asombro está su grandeza, y se absorbe apasionadamente en el presente.

El viejo va al pasito, pues está convencido de que más vale paso que dure que entregarse al frenesí de vivir; el pasado es su mejor presente y su pasatiempo favorito es dramatizar el futuro.

El viejo duerme su sueño.

El joven sueña despierto.

El viejo vive en los problemas.

El joven enfrenta desafíos.

El viejo critica.

El joven construye.

El viejo es un avaro instalado en la seguridad.

El joven lo arriesga todo.

El viejo se conforma con lo posible.

El joven tiene fe en alcanzar sus estrellas.

El viejo aspira a morir con tranquilidad.

El joven está dispuesto a morir por un ideal.

Jóvenes son quienes están dispuestos a ser protagonistas de la historia y no simples espectadores; son quienes están convencidos de que su trascendencia quedará por siempre en la genética de la humanidad.

Jóvenes de espíritu son aquellos capaces de decir sí al amor y aceptar el extraordinario compromiso de ser colaboradores en la creación de Dios.

Autor: Miguel Angel Cornejo
Conferencista Internacional, especialista en liderazgo, alta dirección y productividad. Autor de numeras publicaciones.

viernes, 15 de junio de 2007

NO CULPES A NADIE


“ NO CULPES A NADIE “

Nunca te quejes de nadie, ni de nada,

porque fundamentalmente tu has hecho lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida: nunca pienses en la suerte, porque la suerte es: pretexto de los fracasados


ENVIADO POR JOSE JOSE a la mañana feliz

viernes, 8 de junio de 2007

CERRANDO CIRCULOS


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, O cerrando puertas, O cerrando capítulos.
Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar
ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo?,¿Se acabó la relación?,¿Ya no vive
más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?,¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en
los porqué, en devolver el casette y tratar de entender por qué
sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en
la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y
todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja,
a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir
adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar,
hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni
adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni
tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
No. ¡los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan
importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa,
papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o
regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de
superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega
con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que
tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No espere que le
devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna
vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el
prender “su televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único
que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda
por la vida dejando ‘puertas abiertas”, por sí acaso, nunca podrá
desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o
amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (a qué?),
necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios
que lo invadieron ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no,
déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no
vuelve.
Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí,
en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en
ese escritorio, en ese oficio.
Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses,
hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta,
pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al
que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada
es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está
en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una
persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque:
cuando usted vino a este mundo ‘llegó’ sin ese adhesivo, por lo tanto
es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a
vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede
lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable.
Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero .... cierre, clausure, limpie,
tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para
significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará
definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!

MURCIELAGO LA UNICA PALABRA DE CINCO VOCALES¿?

La famosa escritora española Lucí­a Echevarrí­a, ganadora del Premio Planeta, dijo en una entrevista, que " murciélago" era la única palabra en el idioma español o castellano que contení­a las 5 vocales.

Un lector, José Fernando Blanco Sánchez, envió la siguiente carta al periódico ABC, para ampliar su conocimiento.

Carta al director del diario ABC

Acabo de ver en la televisión estatal a Lucí­a Echevarrí­a diciendo que,"murciélago " es la única palabra en nuestro idioma que tiene las cinco vocales.

Mi estimada señora, piense un poco y controle su "euforia ". Un " arquitecto " "escuálido ", llamado "Aurelio " o " Eulalio ", dice que lo más "auténtico " es tener un " abuelito " que lleve un traje "reticulado" " y siga el " arquetipo " de aquel viejo " reumático " y "repudiado", que " consiguiera " en su tiempo, ser
" esquilado " por un " comunicante", que cometía
" adulterio " con una " encubridora " cerca del
" estanquillo ", sin usar "estimulador".

Señora escritora, si el "peliagudo " "enunciado " de la "ecuación " la deja " irresoluta", olvide su "menstruación " y piense de modo "jerárquico ".

No se atragante con esta "perturbación ", que no va con su " milonguera " y "meticulosa " "educación ".

Y repita conmigo, como dirí­a Cantinflas:
¡Lo que es la falta de ignorancia!

ENVIADO POR MISTIKA AL CORREO DE LA MAÑANA FELIZ DE LATINISIMA

jueves, 7 de junio de 2007

PRINCIPIO 90/10



Autor: Stephen Covey
Descubre el Principio 90/10 Cambiará tu vida (al menos la forma en como reaccionas a situaciones)





¿Cuál es este Principio? El 10% de la vida está relacionado con lo que te pasa, el 90% de la vida está relacionado por lo forma en como reaccionas.





¿Qué quiere decir esto? Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede.





No podemos evitar que el carro se descomponga, que el avión llegue tarde, lo cual tirará por la borda todo nuestro plan. Un automovilista puede obstaculizarnos en el tráfico.





No tenemos control de este 10%. El otro 90% es diferente. Tú determinas el otro 90%.
¿Cómo?... Con tu reacción.




Tú no puedes controlar el semáforo en rojo, pero puedes controlar tu reacción. No dejes que la gente se aproveche de ti. Tú puedes controlar como reaccionas.
Usemos un ejemplo…





Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza
de café y chispea tu camisa de trabajo. Tú no tienes
control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que
suceda será determinado por tu reacción.


Tú maldices.
Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de la orilla de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando subes arriba a cambiarte la camisa. Cuando bajas de regreso, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno y estar lista para la escuela. Ella pierde el autobús.




Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo.
Tu te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela.
Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas
por hora en una velocidad máxima de 30 millas por
hora.




Después de 15 minutos de retraso y obtener una
multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela. Tu hija
corre a la escuela sin decirte adiós. Después de llegar a
la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta que se te
olvidó el maletín. Tu día empezó terrible. Y parece
que se pondrá cada vez peor. Ansías llegar a tu casa.




Cuando llegas a tu casa, encuentras un pequeño
distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.
¿Por qué? Debido a cómo reaccionaste en la mañana.
¿Por qué tuviste un mal día?




A) ¿El café lo causó?
B) ¿Tu hija lo causó?
C) ¿El policía lo causó?
D) ¿Tú lo causaste?

La respuesta es la “D”.





Tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. La
forma en cómo reaccionaste esos 5 segundos fue lo
que causó tu mal día.
Te presento lo que debió haber sucedido.



El café te chispea. Tú hija está a punto de llorar. Tú
gentilmente le dices: “está bien, cariño, sólo necesitas
tener más cuidado la próxima vez. Después de agarrar
una camisa nueva y tu maletín, regresas abajo y miras a
través de la ventana y ves a tu hija tomando el
autobús. Ella voltea y te dice adiós con la mano.
¿Notas la diferencia?




Dos escenarios diferentes. Ambos empezaron igual.
Ambos terminaron diferente. ¿Por qué?
Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que
sucede. El otro 90% se determinó por tu reacción.



Aquí están algunas formas de aplicar el Principio
90/10. Si alguien te dice algo negativo acerca de ti, no
lo tomes muy a pecho. Deja que el ataque caiga como
el agua sobre el aceite. No dejes que los comentarios
negativos te afecten.
Reacciona apropiadamente y no arruinará tu día. Una
reacción equivocada podría resultar en la pérdida de
un amigo, ser despedido, te puedes estresar, etc.



¿Cómo reaccionar si alguien te interrumpe en el
tráfico?, ¿pierdes tu carácter?, ¿golpeas sobre el
volante? (a un amigo mío se le desprendió el volante),
¿maldices?, ¿te sube la presión?
¿A quién le preocupa que llegues 10 segundos tarde al
trabajo?, ¿por qué dejar que los carros te arruinen el
viaje?



Recuerda el Principio 90/10
y no te preocupes de eso.
Tú has dicho que perdiste el empleo.
¿Por qué perder el sueño y ponerte enojado? No
funcionará. Usa la energía de preocupación y el
tiempo para encontrar otro trabajo.



El avión está atrasado. Va a arruinar la programación
de tu día. ¿Por qué manifestar frustración con el
encargado de la aerolínea? Él no tiene control de lo
que está pasando.
Usa tu tiempo para estudiar, conocer a otros
pasajeros, ¿por qué estresarse? Eso hará que las cosas
se pongan peor.




Ahora ya conoces el Principio 90/10. Aplícalo y
quedarás maravillado con los resultados. No perderás
nada si lo intentas. El Principio 90/10 es increíble.
Muy pocos lo conocen y aplican este principio.
¿El resultado?


Millones de personas están sufriendo de un estrés que
no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de
cabeza. Todos debemos entender y aplicar el
Principio 90/10.
¡Puede cambiar tu vida!
Disfruta...

miércoles, 6 de junio de 2007

PAPA YO QUIERO SER COMO TU


Papá, yo quiero ser como tú

Mi hijo nació hace pocos días, llegó a este mundo de una manera normal...

Pero yo tenía que viajar, tenía tantos compromisos.

Mi hijo aprendió a comer cuando menos lo esperaba, comenzó a hablar cuando yo no estaba...

Cómo crece mi hijo de rápido. ¡Cómo pasa el tiempo!

Mi hijo a medida que crecía me decía:

¡Papá, algún día yo seré como tú!

¿Cuándo regresas a casa papá?

No lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos...

Ya lo verás.

Mi hijo cumplió diez años hace pocos días y me dijo:

¡gracias por la pelota papá! ¿Quieres jugar conmigo?

Hoy no hijo... tengo mucho que hacer

Está bien papá, otro día será... se fue sonriendo, siempre en sus labios las palabras yo quiero ser como tú...

Mi hijo regresó de la universidad el otro día, todo un hombre. Hijo, estoy orgulloso de ti, siéntate y hablamos un poco.

Hoy no papá, tengo compromisos, por favor préstame el carro para visitar algunos amigos.

Ya me jubilé y mi hijo vive en otro lugar, hoy lo llamé:

¡Hola hijo quiero verte! Me encantaría padre, pero es que no tengo tiempo... Tú sabes, mi trabajo, los niños... Pero gracias por llamar, fue increíble oír tu voz

AL COLGAR EL TELÉFONO, ME DI CUENTA QUE MI HIJO ERA COMO YO

viernes, 1 de junio de 2007

lo intentamos????

Muchas veces tenemos miedo...

Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.
Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.

Decimos que no, cuando queremos decir que sí.
Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todos cuando deberíamos cerrar la boca.


¿Por que? Después de todo sólo vivimos una vez.
No hay tiempo de tener miedo.

Entonces basta.
Haz algo que nunca hiciste. Atrévete.
Olvídate que te están mirando.
Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado.
No te conformes con ser uno más.
Nadie te ata. Nadie te obliga.

Sé tú mismo.
No tienes nada que perder y todo, todo, todo por ganar.
Muchas veces creemos en el destino.
Rezamos, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante. ¡Creer en nosotros mismos!
Nos conformamos en vez de arriesgarnos.
Sin pensar que cada día que pasa nunca volverá.

Nada está escrito. Nada está hecho.
Ni siquiera lo imposible.
Todo depende de nuestra voluntad.
De esa fuerza que nos sale de adentro.
De decir "si puedo" a cada desafío.
LO INTENTAMOS ??


Maribel Arraez