Un granjero que le gustaba subir a las montañas y en el proceso
subiendo la
montaña metió la mano en un nido de AGUILA y toco un huevo y
reconociendo
que si toca un huevo de AGUILA, el AGUILA lo rompe y mata el
aguiluchito
porque manos humanas lo tocaron, así que el sacó el huevo y lo hecho en
el
bolso que traía y cuando llegó a su granja tenía una gallina que estaba
empollando y le puso el huevo del AGUILA debajo, pasó el tiempo y los
huevos
se rompieron y salieron los pollitos y el aguilucho, pero el aguilucho
salio
y vio los pollitos lo que estaban haciendo, picoteando por aquí
picoteando
por allá y el empezó a picotear y a escarbar como hacen los otros
pollos,
comía gusanos y lo que le tiraba el señor. Y un día estaba mirando al
cielo
y vio un AGUILA pasar, dijo: ¡guaooo, como esa ave vuela, que alto,
guaoo,
que maniobras hace¡ si yo pudiera volar así que feliz sería, pero miro
a su
alrededor y vio los pollos que estaban con él y vio que los pollos no
volaban mucho, volaban un poquito y picoteaban, entonces el siguió
picoteando y escarbando. Pasaron los años otra vez y el aguilucho vio
otra
AGUILA pasar y se maravillo nuevamente, y pasó lo mismo vio a su
alrededor,
miro las circunstancias y decidió seguir picando y escarbando. El
tiempo
pasa y el AGUILA vieja en sus último años ve otra vez un AGUILA volar y
vio
como el ave movía sus alas y después planeaba y decía:!guaoo, que
gentileza,
que majestuosidad, yo hubiera dado cualquier cosa por haber podido ser
como
esa ave¡. Y el AGUILA murió sin saber que era AGUILA.
Yo me pregunto, cuantos aguiluchos habemos aquí, que cuando salimos nos
encontramos con la sociedad, con los pollos de la vida y seguimos
escarbando
como ellos, seguimos picoteando y seguimos comiendo lombrices en vez de
volar como el AGUILA que somos, yo los reto a cada uno de ustedes los
aguiluchos levántense y abran vuelo, levántate aguilucho que tu puedes,
levántate, levántate y abre vuelo, abre tus alas, vuela aguilucho
vuela,
vuela aguilucho vuela, vuela aguilucho vuela, tu puedes, deja que el
campeón
que hay en el fondo de tu corazón salga y pelee tus batallas, levántate
sobre la tempestad que tu puedes, porque tu eres un aguilucho y mañana
serás
un AGUILA para el beneficio tuyo, de tu familia y de tu pueblo, que
Dios me
los bendiga.
Por Mario Orsini
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